Dormir es fundamental y con la llegada del otoño, se hace cuesta arriba para las personas que son alérgicas. El 53% de los pacientes con rinitis alérgica tiene una mala calidad del sueño. Asimismo el 21% afirma que padece excesiva somnolencia diurna y un 61% sufre disfunciones diurnas al haber descansado mal durante la noche. Estos datos son los que se han obtenido en función de lo informado por el jefe del servicio de alergología del hospital clínico de Zaragoza, Carlos Colás.
Los trastornos del sueño tienen un efecto marcadamente negativo sobre las funciones cognitivas, ya que deterioran el funcionamiento psicomotor, reducen la productividad laboral o el rendimiento escolar y aumentan la probabilidad de sufrir accidentes. La falta de sueño también puede acarrear trastornos psicológicos, como ansiedad, depresión, cansancio, irritabilidad y malestar general”, ha explicado. Por ello, el experto recomienda el tratamiento apropiado con corticoides tópicos nasales y antihistamínicos de segunda generación, ya que mejora la calidad del sueño.
Acudir a los especialistas en alergias es la mejor recomendación para paliar los efectos y disfrutar de una mejor calidad del sueño
Independientemente de cual sea el caso, la normalización del descanso nocturno es el objetivo prioritario en los pacientes que padecen esta enfermedad. Por otro lado, diversos estudios relacionados con la calidad del sueño destacan datos interesantes. El estudio SOMNIAAR, evalúa en España más de 2200 pacientes y en este caso, los enfermos con rinitis más intensa especialmente cuando la obstrucción nasal era frecuente o contaba con rinorrea acuosa, tenían peor calidad del sueño.
Los pacientes con asma y rinitis simultáneamente, sobre todo si el asma es de una intensidad que llega ser moderada o incluso grave, padecen una peor calidad de sueño que aquellos que no la tienen. Por contra aquellos que se encuentran en tratamiento con algún antihistamínico que no es sedante de segunda generación, tiene una calidad del sueño mucho mejor.
Respecto a la intensidad de los síntomas, encontramos relación también con la calidad del sueño. De este modo, los pacientes que puntúan más altos los síntomas cuentan con una mayor frecuencia de mala calidad del sueño. Así, la presencia de somnolencia diurna excesiva es más común en las formas más persistentes y graves de la rinitis alérgica.
Además, la frecuencia de accidentes de tráfico previos también es mayor en pacientes que tienen mala calidad del sueño, por lo que el 65% de ellos con antecedentes de accidente de tráfico previos tenían una manera mala calidad del sueño en el momento del estudio. “La rinitis moderada o grave persistente precisa generalmente tratamiento con corticoides tópicos intranasales (CI) y resulta muy frecuente que estos pacientes se traten simultáneamente con antihistamínicos de segunda generación (AH2G)”, ha analizado. Sin embargo, la adición de esta medicación no había demostrado superioridad al propio CI.
En cambio, como destaca este experto, “la asociación de azelastina y fluticasona en un solo dispositivo (‘Dymista’) sí ha demostrado ser superior a los corticoides tópicos intranasales solos”. A su juicio, esta asociación “conserva o incluso potencia” sus efectos al ser aplicada a pacientes con cuadros de RA moderada-grave, lo cual ofrece “buenas expectativas” para el control de la calidad del sueño en estos pacientes, que son los que “mayor” alteración presentan en este campo.
Como sabemos, el sueño es muy importante no solamente para disfrutar del día día, sino también para gozar de una buena salud. Por todo ello, las personas que padezcan esta patología, deben acudir al especialista para que les realice un diagnóstico y un tratamiento con el que poder disfrutar de una mejor calidad de sueño y por ende, de vida.