Si hay un elemento decorativo que viste en gran medida es el sofá. Es uno de los que más utilizamos en nuestro día a día, por lo que debemos elegirlo cómodo y, sobre todo, resistente. Cada una de las casas es distinta y por ese motivo, los muebles que no funcionan en una no tienen por qué funcionar en las demás. En un salón, dependiendo de cuáles sean las dimensiones, escogeremos un sofá de mayor o menor amplitud.
Deberemos tener en cuenta el estilo decorativo y el uso que le demos
Elegir un sofá para nuestra casa es fundamental para conseguir sacarle el máximo partido, creando así un espacio en el que nos sintamos cómodos y podamos disfrutar del tiempo libre sin problemas. Para hallar el idóneo, se tendrán en cuenta distintos aspectos, como el estilo decorativo que deseemos que tenga, así como las funciones que esperamos de él.
Un ejemplo lo encontramos en estancias que sean pequeñas. En ellas, es preferible optar por sofás de una plaza o biplaza. De esa manera, conseguiremos la misma comodidad, pero sin ocupar el espacio que tengamos disponible. Calculando el espacio que disponemos y la cantidad de personas que usarán el sofá, podremos ampliarlo escogiendo de tres o incluso más plazas si nos cabe.
En caso de que nuestra casa sea pequeña, se puede escoger un sofá cama. Antiguamente, se asociaban con incomodidad, pero a día de hoy se han convertido en una gran solución para quienes necesiten de una cama extra. Son funcionales, los encontramos en múltiples versiones y combinan a la perfección con el entorno.
Por otra parte, para las personas que sean más cíclicas, los sofás modulares serán su elección estrella. En este caso, están formadas por distintos módulos que se pueden mover a gusto de la persona, sin necesidad de contener una posición fija en la casa. En este caso, existe la posibilidad de desplazar en función de las necesidades, componiendo diseños en U o en L.
En caso de tener muy claro qué queremos y si disponemos de un salón amplio, lo mejor es escoger un sofá en L. La razón por la que recibir este nombre, se basa en que uno de los lados es ligeramente más corto que el otro. Sin embargo, existen otras versiones con una forma similar; como un sofá rinconero, donde ambos lados son iguales o un sofá chaise longe, que tiene un diván.
Por otro lado, el sofá Chesterfield es un tipo de sofá que siempre está de moda. Posee brazos curvados, respaldo a la misma altura y un tapizado en capitoné ideal para todos los estilos y con el que conseguir un toque sofisticado. Como indicamos anteriormente, cada casa es un mundo y por ello, lo más adecuado es buscar el tipo de sofá que mejor se adapte a las necesidades de cada persona.
Existen modelos ideales para salones pequeños, para quienes se adaptan a visitas que no esperan, a las personas que buscan cambios y quienes buscan una pieza distinta con la que presumir de sofá. Cualquier opción es válida si se adapta a nuestros gustos.