Todos sabemos que una mudanza trae consigo cambios a muchos niveles, pudiendo marcar una nueva época para muchas personas. Por desgracia, este proceso suele ser bastante laborioso y hacerlo puede suponer muchos quebraderos de cabeza, más aún cuando se tienen muebles grandes de mucho valor que deben ser transportados sin ser dañados. Sin duda, uno de los muebles que más problemas trae trasladar es el sofá.
Los principales problemas que se dan a la hora de mover el sofá son las escaleras, las puertas y las esquinas, siendo bastante complicado conseguir que no se atasque este mueble cuando pasamos por alguno de estos lugares. Sin embargo, es algo que puede hacerse perfectamente, por eso en este artículo queremos algunos consejos para que no haya problema en este sentido.
Una de las recomendaciones clave es elegir a alguien que nos ayude con la mudanza, siendo a veces necesario acudir a empresas profesionales. Y es que arrastrar el sofá por suelo, por ejemplo, es una práctica que puede dañar tanto la estructura de éste como el propio suelo. Así pues, lo mejor es recibir ayuda y poder moverlo levantándolo del todo.
Una vez dicho esto, nos centraremos en cómo gestionar las dificultades principales que se presentan cuando movemos un sofá:
Al pasarlo por una puerta: Es importante doblar las rodillas antes de levantar este mueble, agarrándolo por los bordes inferiores, quedando la esquina trasera en el aire. En caso de que las patas puedan quitarse, será recomendable hacerlo para poder tener más espacio por donde meterlo.
Al moverlo por las escaleras: Aquí la comunicación entre las dos personas que lo suban o bajen va a ser fundamental. La persona que sube primer es el que debe indicar dónde están los escalones y qué movimientos deben hacerse, mientras que la que está en segundo lugar deberá ser el que más fuerza tenga, ya que en esa persona va a recaer la mayor parte del peso.
Al encontrarnos con una esquina: En caso de que se atasque en una esquina, es importante realizar el mismo movimiento que se había hecho, pero al revés. En cualquier caso, para evitar que se atasque, será clave también la comunicación. Por ejemplo, cuando el sofá está en posición vertical, debemos intentar poner el asiento del sofá orientado a la dirección donde vayamos a girar.
