Los sofá-camas llevan décadas revelándose como una gran opción para tener en nuestras casas, especialmente si no tenemos muchas habitaciones en ellas. Y es que… qué haríamos sin estos elementos cuando recibimos invitados y no tenemos ninguna cama para ofrecerles descanso.
Hay una gran variedad de sofá-camas en el mercado, pudiendo encontrarnos sofás hechos con todo tipo de materiales y de diferentes diseños. Aunque hay alguna excepción, en la mayoría de tiendas especializadas el catálogo abarca sofá-camas con 3 formas diferentes de desplegarse:
- Sofás tipo libro: Tienen una apertura que se asemeja a la de cualquier libro, teniendo oculto el colchón. El sofá se tendrá que separar de la pared y se abatirá el respaldo. El único problema de estos modelos es que, al sentarse, se puede producir un desgaste en algún lado de la cama.
- Sofás deslizantes: La estructura de la cama está bajo el sofá, saliendo del mismo a través de un mecanismo deslizante, pudiendo elevarse gracias a las patas que suelen tener incorporadas.
- Sofás desplegables: Estos modelos tienen un colchón enrollado por debajo de los asientos del sofá. Podríamos diferenciar en este caso entre los de “sistema italiano”, que se pueden sacar sin retirar los asientos, y los convertibles, que precisarán de prescindir de los asientos para poder sacar la cama.
¿Qué debería valorar para elegir mi sofá cama?
Por delante de todo, es importante saber elegir sofá-camas que aporten comodidad en cualquiera de sus usos. Es decir, que sean confortables tanto el sofá, como la propia cama que contiene debajo. Lógicamente, esto habrá que ajustarlo al presupuesto del que se disponga, pero hay que dejar claro que hay muchos sofá-camas cómodos en el mercado a un precio asequible.
Por otro lado, importante mencionar que el diseño y la facilidad de limpieza de los materiales también son aspectos a valorar, además, por supuesto, de que se puedan ajustar al tamaño del salón o habitación donde se quieran instalar.
