Nuestra curiosidad es tan grande que nos lleva a buscar el origen o el inicio de todo: el primer beso de alguien, la primera experiencia laboral, el primer amor... Son temas de cualquier conversación, pero si vamos a algo más trivial llegamos a puntos tan complejos como el origen de todo lo existente.
Pero hay una conclusión a la que siempre llegamos: nadie puede decirnos todo pues nadie lo sabe todo. Pero hay preguntas que tal vez si podamos contestar, entre ellas el origen del sofá. ¿Cómo surgió este mueble que tanta comodidad nos aporta hoy? Por el deseo de complacer a la elite de las sociedades antiguas.
Así es, los primeros sofás fueron creados por los egipcios hace miles de años con el fin de brindar comodidad a los faraones, considerados dioses entre humanos. Solo ellos podían acceder a este privilegio pues se les consideraba demasiado sacros para tocar el suelo, y para este cometido la comodidad era esencial.
¿Permanecen iguales los sofás desde la antigüedad?
Aunque la idea de brindar comodidad a sus regentes incentivó la creación del primer sofá, el paso del tiempo empezó a moldear la estructura que hoy conocemos, así que podemos decir que el sofá ha evolucionado y cambiado con el tiempo.
Por ejemplo, los romanos idearon la forma de incorporarlos a espacios interiores varios, como comedores y áreas para compartir en el hogar. Claro, solo los adinerados continuaban accediendo a ellos y este método se mantuvo hasta la edad moderna, en la que la industrialización cambio todo.
Ya para el siglo 18 la clase media y la clase obrera pudieron conocer estos cómodos muebles gracias a la industrialización, y desde entonces continúan aumentando los niveles de accesibilidad y comodidad de los mismos.
Irónico pero agradable, lo que antes perteneció solo a reyes hoy puede ser disfrutado por cualquier persona, y es que, a pesar de su costo en algunos países, la comodidad que los sofás brindan merecen el esfuerzo que toma en ahorrar y adquirirlos pues, ¿quién no desea descansar en un sofá?