Dormir en una habitación fría es beneficioso

Dormir en una habitación fría es beneficioso

Estas son la razones que pronuncia la ciencia por las que dormir en una habitación fría es beneficioso para nuestra salud

Cada persona es un mundo y por ello, existen personas que prefieren dormir calentitas o bien con menos ropa en invierno. Además, por increíble que parezca también hay personas que prefieren dormir con la ventana abierta. Sobre gustos, no hay nada escrito, pero ¿qué dicen los expertos respecto a la temperatura ideal para poder dormir? Desde la neurología y la medicina del sueño, confirman que existe la temperatura idónea para dormir.

A qué temperatura debemos dormir

Dormir en una habitación fría, con la temperatura que sea inferior a la del confort, mejorará enormemente la calidad del sueño nuestra salud

Expertos en neurología, en Estados Unidos han realizado informes que explican que un dormitorio más frío ayuda alcanzar una temperatura corporal más cómoda que facilita un sueño más profundo. Asimismo, en los estudios se detalla que la temperatura ideal para un sueño reparador es de entre 15 ºC y 19 °C, mientras que temperaturas que sean inferiores a los 12° o superiores a los 24 ºC serán perjudiciales, debido a que harán que demos vueltas durante toda la noche y no podamos conciliar un sueño profundo.

Tal y como explican los Neurofisiólogos, la temperatura corporal de nuestro cuerpo es constante y varía de manera cíclica, controlada por el hipotálamo. Antes de marchar a dormir, desciende para así inducir el sueño y continúa bajando hasta la fase no REM que predomina en el primer tercio del ciclo del sueño.

Durante la fase REM, que es donde se producen los sueños en forma de historia, el hipotálamo reduce el control de la termorregulación, por lo que la temperatura ambiental afecta más a la temperatura del cuerpo y en caso de ser errónea, exige al cuerpo hacer un esfuerzo extra para regular la temperatura del organismo perjudicando la calidad del sueño y al descanso.

Por ese motivo la temperatura de la habitación de dormir es importante para la salud a largo plazo. No es únicamente porque si la temperatura no es adecuada la persona estará más incómoda o dormirá peor y será más fácil que despierte durante la noche.

Según los expertos, acostarse en una habitación más fría puede ayudar a caer en un sueño profundo con una rapidez mayor, que se traduciría en que durmiendo menos tiempo una persona descanse más y mejor en caso de tratarse de dormir más horas en la habitación más cálida.

Si a ello se le suma el resto de beneficios que los expertos atribuyen a un buen descanso, el resultado es que dormir la temperatura inferior a 9 grados es beneficioso para nuestra salud.

Beneficios para la salud

Dormir bien o mal afectará al crecimiento, al surgimiento del estrés, el sistema inmunitario, regulación del apetito, respiración presión arterial y salud del corazón. Diversas investigaciones y estudios han concretado que el sistema inmunitario emplea el sueño para regenerarse, de manera que un buen descanso facilita estar más saludable porque proporciona más eficacia a luchar contra toxinas y gérmenes.

Además de ello, durante la fase REM del sueño, el hipocampo que es el almacén de la memoria, se restaura transformando la memoria de corto plazo en memoria a largo plazo. De este modo, dormir fortalecerá las conexiones neuronales que fijan los recuerdos.

Dormir bien también protege el corazón y reduce riesgos cardiovasculares. El insomnio o problemas de sueño, elevan los niveles en sangre de las hormonas del estrés y aumentan la presión arterial y frecuencia cardíaca. También se relaciona con niveles de colesterol más altos.

En caso de que el sueño sea profundo y se descanse bien, mejorará la producción de melatonina y de serotonina, que se encargan de contrarrestar los efectos de las hormonas del estrés y mejorar el estado del ánimo reduciendo considerablemente la ansiedad.

Encontramos que dormir poco descansar mal se le asocia con la obesidad. La carencia de sueño provoca que los adipocitos ligeros liberen menos leptina, que es la hormona supresora del apetito, por lo que las personas con problemas de sueño comen mucho más.

Por último, como la experiencia ha demostrado, en el momento en el cerebro y el cuerpo son descansados, la mente está más despierta y los reflejos más alerta. Este hecho no afecta únicamente a la mayor creatividad, sino también a la reducción de padecer accidentes de cualquier tipo.

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